Has de entender que, sea lo que sea, no has de dejar que te marque y te atormente el resto de tu vida. A tu edad, la mayoría de las cosas giran en torno a unos pocos temas, el futuro, las inseguridades, los complejos...
Pero el amor se lleva la palma. Cuando sentimos la vida, nuestro cuerpo, y aparece esa descarga emocional que nos vuelve el cerebro del revés, lo demás ya no importa. Pasa a un segundo plano. Sin embargo, recuerda esto: hay más frutas en el árbol.
Ama cuanto quieras, sin reservas, y no dejes de entregarte nunca, pero cúrate las heridas y no mires las cicatrices, porque son como un abismo que siempre nos incita a caer.
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