Cuando vivimos en otro país, experimentamos muy en primera persona
los cambios a los que nos enfrentamos: las diferencias culturales que
hay, el nuevo idioma, las nuevas temperaturas, las cosas que añoramos,
las personas a las que echamos de menos, los hábitos que poco a poco
vamos cambiando, los nuevos lugares que empezamos a frecuentar…
En cierto sentido todo es nuevo para nosotros,
constantemente estamos haciendo nuevos descubrimientos y aunque los
desafíos están garantizados, también nos encontramos una parte muy
positiva: ¡estamos empezando una nueva vida! Y eso es maravilloso… es
volver a empezar, de cero, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, por
nuestra parte, ni por parte de los demás hacia nosotros, es un verdadero
regalo.
En ese “trajinar”, estamos muy entretenidos en
nuestra nueva vida: hay tantas cosas que hacer, tanta gente nueva a la
que conocer, tantos nuevos clientes que conseguir, tantas palabras que
aprender, tantos papeles que hacer, tantos sitos a los que ir por
primera vez…
Estamos tan ocupados que no nos
damos cuenta del hueco que dejamos.
Cuando te vas a vivir a otro país, tú te vas, pero
ellos se quedan… es inevitable que tus seres queridos sientan el hueco
que has dejado, y que no les guste la sensación, y que te sientan lejos,
porque es cierto que tú estás lejos, que ya no estás allí, y que ya no
les dedicas tanto tiempo como solías hacer.
Es lógico… tienes una nueva vida por delante,
tienes un trabajo de integración que hacer, y eso lleva tiempo, recursos
y energía, y es bueno que te tomes tiempo para pasar por esa parte del
proceso. ¿Eso significa que ahora te vas a olvidar de “ellos”? No, eso
significa que necesitas readaptarte a la nueva situación, y que ellos
también necesitan pasar por algunos ajustes psicológicos.
Ellos necesitan tiempo, han sufrido una pérdida y
están pasando el duelo correspondiente. Lo expresarán de la forma que
sepan hacerlo, en ocasiones habrá reacciones que no sepas interpretar…
Dedica tiempo a entenderles y a entenderte… Escuchar, explicar, leer y
aceptar te ayudarán, nos ayudarán.
Con el tiempo se irá produciendo un ajuste, ellos
poco a poco irán llenando tu hueco ¡claro! Es normal que así sea, ellos
necesitan el afecto que tú les dabas y si tú no estás ahí, será muy
bueno que busquen otra forma de conseguirlo, y tú seguirás encontrando
otros afectos aquí. ¿Eso cambiará la relación? ¿Eso les cambiará a
ellos? ¿Eso te cambiará a ti? Te lo garantizo… La buena noticia, es que
todos esos cambios son buenos, por el camino habrá mucho crecimiento
personal, para ellos también, pero especialmente para ti. Vivir en el
extranjero es una oportunidad maravillosa para desplegar nuevos
talentos, para descubrir en ti capacidades que antes no hubieras ni
imaginado que tenías, para generar nuevas oportunidades… Alguien decía,
con mucho acierto: ¡Necesitado te veas!
Si la vida me enseñó que nunca es tarde, y que lo que no hagas por tí, no lo hace nadie...
Por favor escucha el consejo:
Araña por tu tierra, por tu casa y por tu gente.