Necesito de alguien, que me mire a los ojos cuándo hablo. Que escuche
mis tristezas y desiertos con paciencia y aún cuándo no comprenda,
respete mis sentimientos.Necesito de alguien, que venga a luchar a mi
lado sin ser llamado.Alguien lo suficientemente amigo, cómo para decirme
las verdades que no quiero oír, aún sabiendo que puedo irritarme.Por
eso, en este mundo de indiferentes, necesito de alguien que crea en esa
cosa misteriosa, desacreditada y casi imposible: ¡ LA AMISTAD !
Necesito
de un amigo, que reciba con gratitud mi auxilio, mi mano extendida, aún
cuándo eso sea muy poco para sus necesidades.No pude elegir, a quienes
me trajeron al mundo, pero puedo elegir a mis amigos.
Amiga, A tí que te conocí por obra del destino y que vienes de lejos,
a tí que llevas el cielo en tu ojos y la bondad en tu sonrisa
a tí que me escuchas sin reproches, sin juicios;
porque en tu alma crece la llama de la fuerza, del ímpetu,
porque a tu voluntad todo es posible, porque tu corazón está abierto, latiendo, viviendo, y a mi lado.
Un
verdadero amigo es alguien que te conoce tal como eres, comprende dónde
has estado, te acompaña en tus logros y tus fracasos, celebra tus
alegrías, comparte tu dolor y jamás te juzga por tus errores.Existen
personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple
casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas
recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, más otras
apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay
muchas clases de ellos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
Los primeros que nacen del brote son nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá, que nos muestran lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer con nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.
Más el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A
muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son
sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, lo que nos hace
feliz
Y
a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y
entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos,
música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Más también hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones, o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando
de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en
las puntas de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen
entre una hoja y otra.
El
tiempo pasa el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de
nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otros permanecen por
muchas estaciones.
Pero
lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos
maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre...
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejaron nada
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad
Mucha gente entra y sale de Tu vida a lo largo de los años. Pero solo los verdaderos amigos dejan huellas en Tu corazón.
MUCHÍSIMAS GRACIAS, AMIGOS.
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