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domingo, 15 de abril de 2012

La verdadera belleza de una mujer es el reflejo de su alma.

Tenemos la mala costumbre de no valorar lo que tenemos. Tenemos la mala costumbre de añorar aquello que amamos.
Tenemos tantas malas costumbres, estamos tan acostumbrados a lo bueno... Hay que saber y tener presente, que en la vida no todo es de color de rosa, ni todo es positivo y bueno. Hay también que saber que no siempre se gana, ya que la mayoria de las veces se pierde.
Esa costumbre de enfadarnos por tonterías, esa costumbre de ver al otro suplicar tu perdón. Estamos equivocados. Muy equivocados. La vida no funciona así. Debemos de torcer nuestro brazo muchas veces, el orgullo no sirve para nada, por mucha dignidad que uno quiera tener.
Tengo bien comprobado, que si dejas de lado el orgullo, ganas mucho. En cambio, si tu orgullo no te deja ver más allá, pierdes, pierdes oportunidades, momentos del día, felicidad del momento.
Al madurar, vamos comprendiendo lo dificil que es la vida, los obstáculos que se nos aparecen en el camino... Vamos aprendiendo, poco a poco, con ayuda de los que nos rodean como superarlos, como ser fuertes, afrontar las penas y mirarlas con alegría.
Unos antes que otros, pero siempre llega... Esperanza, mucha esperanza es lo que me queda tener. Un largo camino por recorrer, una montaña que subir, la cima se ve muy lejos, pero llegaremos, juntos llegaremos. Tequiero Mamá.


La verdadera belleza de una mujer es el reflejo de su alma.

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