28.01.2014.
Descansé bien en Bratislava. Cumpleaños de Papá. Desayuno y hacia
la estación de trenes, para ir rumbo a Budapest. El tren se hizo un
poco pesado, llegamos a la 1 de la tarde. Y preguntando, una señora
nos dio un mapa. Pagamos el metro (un viaje 1,15€) y fuimos hasta
el Parlamento. Caminamos como 20 minutos mientras encontrábamos el
hotel o no. Esta vez fue mas fácil porque ya lo llevaba buscado en
el GPS de mi móvil.
Nos costó llamar al
telefonillo porque las indicaciones estaban en húngaro. Pero
entramos con unas personas. Muy amable la mujer, nos dio un mapa de
Budapest, dejamos las maletas. Y nos fuimos a cambiar dinero y a
buscar el tour gratis en español.
Hacia menos frio que
en Praga, pero no había nieve en ningún sitio.
Encontramos el tour,
pero era en ingles, aun asi decidimos hacerlo. Siempre es bueno el
primer dia, asi sabes lo que vas viendo. La guía fue muy simpática.
Vimos la Catedral,
cruzamos el puente de las Cadenas, y… a subir escaleras. La parte
de Buda, para ver el Castillo de Buda que estaba en una colina.
Llegamos justo a tiempo para ver el cambio de guardia.
Llegamos hasta la
Iglesia, y el monumento de los Pescadores. Se hizo de noche, y
terminamos el tour. Pudimos tomar unas fotos muy bonitas desde allí
arriba, y luego bajamos por otras escaleras.
Caminamos por allí,
“cenamos” a las 6 de la tarde en un McDonals en el centro.
Volvimos en metro, y había revisores pidiendo tickets, nos multaron
con 8000 Forintios, (30€), pero al final nos redujo una multa para
los dos, (15€).
Volvimos caminando
hacia el hotel tranquilamente, y tenían una cena húngara para los
huéspedes gratuita. Pero no comí. Tenian portátiles también, y
estuve mirando cosas en internet y demás.
Había mucha gente
en el hostel alojada, en nuestra habitación habíamos 8 personas.
Pero descansé bastante bien. El hostel se llamaba Hostel Home Plus,
y es uno de los que me recomendaron los italianos que conocí en
Bratislava.
29.01.2014.
Segundo y último día en Budapest. La verdad es que ya casi hemos
visto todo, así que tenemos una idea de lo que vamos a hacer.
Dejamos las maletas en el hotel, y fuimos antes que nada a cambiar
dinero, ¡Cuánto lo odio! Esta vez cambié 15 euros, por cada euro
me daban 300 forintios.
Fuimos a la estación
de tren más cercana, y aparté el asiento para el trayecto
Salzburg-Venecia, 9 euros.
Compré el ticket
del metro para 24 horas, 5 euros con algo. Y fuimos a ver la Plaza de
los Héroes. Preciosa, y un lago estaba completamente congelado,
estaban los niños patinando allí.
Había también un
castillo, con un museo, pero el castillo con los jardines todo nevado
me encantó.
Caminando por allí
encontramos los baños termales más famosos de Budapest.
Volvimos al centro,
a un supermercado a comprar acondicionador para el pelo. Y también
buscando unas chanclas para los baños turcos.
Buscamos el Mercado
Central, tenía dos plantas, en la de abajo vendían fruta, carne,
verdura, pan… Y arriba, ropa y recuerdos de Budapest.
No paraba de nevar,
cruzamos el puente Verde, y vimos una Iglesia que está dentro de una
cueva, pero, no entramos porque había que pagar. Es el único sitio,
que yo recuerde, que hay que pagar para entrar en las iglesias.
El paisaje era
precioso, todo nevado, y no hacia realmente mucho frio.
Buscamos los otros
baños termales
que me habían recomendado en el hotel, Lukcas.
Pagué con la
tarjeta de crédito, 10 euros, para todo el tiempo que quisieras,
estaban desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche. Yo llegué
a las 3 y media, y me fui a las 5.
Al principio, no me
gustó mucho, era casi igual que el Spa de Cádiz. El agua no estaba
tan caliente como yo quería. Recomendaban un recorrido, asi que lo
intenté.
2 minutos en la
Sauna, en la que eché medio minuto, no podía respirar ese aire tan
caliente. Luego, sumergirte en la piscina de 24 grados, que estaba
helada. Pasar a la de 32 grados, que tampoco estaba tan buena. Y por
último la de 40 grados. En esa fue en la que más tiempo estuve.
Pero cada vez que salía, me entraba mareo.
Fui a la piscina que
estaba al aire libre, el agua estaba a 30 grados (creo), pero me
dijeron que sin gorro en la cabeza no podía. Así que me salí de
allí, y fui a probar el Jacuzzi, que allí le llamaban piscina con
atracciones.
Fue lo mejor,
primero me senté en un sitio donde salía agua a presión. Los
chorros que caían en mi espalda era como si me estuvieran dando un
masaje. Pasé a las camas de burbujas, que salían chorros que hacían
que te levantaras hacia fuera.
Y por último, un
circulo, en el que había corrientes de agua que te empujaban a dar
la vuelta al circulo pero sin chocarte con los bordes.
En el jacuzzi eché
parte del tiempo y luego volví a las piscinas interiores, ya que el
agua dicen que es medicinal y curativa…
Al salir, me cambié
en los probadores, demasiados públicos para mi gusto, no había
mucha intimidad. Y caminamos hacia el hotel para recoger las maletas.
Cambié el dinero
que me había sobrado, y me dieron como 5 euros, y forintios, que
luego los gasté en unos caramelos.
El tren salía a las
7 y veinte de la tarde, de la vía 9. Hice un transbordo en Salzburgo
a la 1 y media de la madrugada. Y continué hasta Venecia
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